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Efectos de saber en la experiencia analítica


lacan21 - 29 de mayo de 2024 - 0 comments

Mercedes Iglesias

Seldes[1] culmina su discurso de cierre de Enapol diciendo lo siguiente: “Hay un tiempo para reflexionar y otro en donde podemos reflexionar sobre lo hecho para extraer consecuencias, y no dejar dormir lo que los acontecimientos de los encuentros nos dejan como saldo”.

En este sentido, tomo un rasgo que me interroga: la dimensión del saber en el recorrido de un análisis, podríamos decir, la problemática del saber. Esta aparece en diferentes mesas y discusiones durante el evento.

Alberti plantea que el psicoanálisis elabora otra forma de argumentación, otras formas de poner en evidencia, otro modo de aportar pruebas. Se  trata de que un sujeto extraiga un saber en el sentido más fuerte, el saber de un cuerpo hablante.[2] Este saber más fuerte implica no solo el saber de lo reprimido sino el saber del goce, puesto que este goce se inscribe en un cuerpo que habla.

Algo que destaca el evento es que si bien, no en todos, nos encontramos con sujetos en quienes predomina reactivos al inconsciente y en consecuencia al saber y al amor. El hacer y el tener priman sobre el ser, las consecuencias de esto es un sujeto deslocalizado que omite el retorno sobre uno mismo y el deseo de saber. Como ya se ha dicho, no se borran las estructuras clínicas pero se pone de relieve las aristas de goce.[3]

Tarrab[4] sostiene que no debemos entender la última enseñanza con una “o” excluyente respecto a la primera enseñanza, van juntas, por un lado, tenemos lo reprimido, que supone el inconsciente y su interpretación, y, por otro, la defensa frente a lo real sin ley.

A lo real fuera de sentido se agrega el inconsciente transferencial.

El deseo de saber no es un deseo natural, en realidad hay ‘horror al saber’. Parte del recorrido de un análisis es la sorpresa de lo reprimido, el poder que tiene la existencia del inconsciente para todos aquellos que pasamos por un análisis.De golpe, hay otra historia, de golpe, la historia oficial creada por el sujeto se suspende, pierde su estabilidad. Y esto se logra mediante la creencia en el saber inconsciente, en la ‘otra escena’ como diría Freud. Esto constituye un despliegue del saber no sabido en el sujeto. En Lacan este saber va construyendo diferentes estadios hasta llegar a la lógica del fantasma. Hay una lógica de la cura que marca la dirección de un análisis.

Miller sostiene: “Bueno, la lógica es un término que utilizamos mucho nosotros hablando de la lógica de la cura, pero ¿qué queremos decir cuando hablamos de la lógica? Lo que queremos decir es: i) consecuencias constatadas, es decir, de un punto pasamos a otro, un punto se deduce de otro, ii) también inversión, es decir, que un punto encuentra su contraparte al revés, en el anverso, y iii) también son relaciones de complementación, un punto deja un vacío, una falta y viene otro a rellenarla, a encajarse en ella.”[5]

Es tarea del analista leer el despliegue de esa lógica de la cura. Ahora bien, Torres[6] destaca que el analista debe estar preparado para recibir demandas de quienes no procuran saber. El saber cambió de lugar, no hay amor ni suposición de saber, el analista entonces, sigue al analizante, tiene una posición de testigo, como secretario, como compañero, como par.

Encontramos así sujetos que predominan la urgencia de la satisfacción y sus enredos para lograrlo, Holguín[7] señala que en este tipo de sujetos es más importante el hacer que el saber. Estas nuevas formas de presentarse los sujetos permiten ir a la última enseñanza de Lacan, no sólo porque este logra ver ciertas características del porvenir de su época, sino también porque su última enseñanza enfatiza la dimensión de la satisfacción del síntoma o la satisfacción del Uno solo.

En esta última enseñanza, se trata de ‘saber hacer ahí’, un cuerpo hablante que goza y que busca una satisfacción que es fija. En este ‘saber y hacer’ ¿qué tipo de saber hay?  En esta satisfacción, el cuerpo que habla, porque van juntos, ¿qué saber elabora? Como sostiene Cárdenas en su comentario: ‘señalan que el analista escucha, corta, nombra, soporta, cuestiona, estas intervenciones, ¿qué saldo de saber dejan?’ Podría preguntarse también si saber hacer algo, si saber gozar y los señalamientos que realiza el analista, producen efectos de saber, y cómo se constituye este saber. Es un saber pragmático ciertamente, pero ¿cómo se despliega? o¿cuáles serían los efectos que constatamos?

El pragmatismo americano no se inserta en discusiones sobre la posibilidad del conocimiento: lo dan por sentado. Así afirman que nuestros problemas con el mundo se resuelven mediante la acción De este modo, la verdad, como conveniencia, es captada en la acción, sostienen que sobreviene en la acción. La verdad es aceptada por los acontecimientos, son estos lo que nos dan un tipo de convicción de verdad.

Llevado esto al cuerpo hablante, ese ‘saber hacer ahí’ sería un saber del goce que se presenta con convicción puesto que es vivido como tal. Millas[8]señala entonces, que por un lado tenemos la lógica de la demostración, de la cura, tenemos el matema, pero nos recuerda que la certeza no viene del lado del saber, porque hemos comprendido que el saber no puede dominar la singularidad de la experiencia. Esto constituye la fase real del síntoma que no puede ser demostrada sino constatada. Es un saber en tal caso de la experiencia que se constata.

Alvarenga[9] también remite a esta distinción: la vertiente investigativa y la vertiente demostrativa. La interpretación apunta al significante, el acto produce certeza. Esta certeza del acto se constata.Esta constatación produce un efecto de saber que parte del hacer, puesto que se piensa que es el paso para hacer de otro modo.

Y esto sucede así, debido a la exclusión del saber y lo real: “Una vez tomada la perspectiva según la cual el acuerdo entre lo real y el saber está roto, cabe decir que todo saber se reduce al estatuto del inconsciente, es decir, al de hipótesis, de extrapolación, incluso de ficción”[10]

Mandil señala que en L’insu Lacan afirma que el psicoanálisis es lo ‘que hace verdadero’: “No de la verdad como estructura de ficción sino de la verdad en su dimensión referencial, restituyéndose la posibilidad de nombrarlo por medio de un significante nuevo.”[11] Se trataría entonces de un saber que permite señalar un nuevo nombre para aquello que ha determinado su existencia.


 

[1] Seldes, R. Discurso de clausura del XI Enapol, Publicación electrónica. FAPOL, XI ENAPOL, 2023,-publicación-ES. Pdf, p.365.
[2] Alberti, C. ‘Estar en análisis o analizarse’, Conferencia dictada en el XI Enapol, Publicación electrónica. Op.cit.
[3] Ibid.
[4] Tarrab, M. ‘Las primeras entrevistas desde la última enseñanza’, Publicación electrónica, FAPOL, Op.cit.
[5] Miller, J.A. ‘Comentario al Testimonio del pase de Felicidad Hernández’, febrero de 2024, CongresoAMP 2024, Todo el mundo es loco, París.
[6] Torres, M. ’Una ética de la vergüenza’, Publicación electrónica, FAPOL, Op.cit.
[7] Holguín, M.C. ‘De una cuestión preliminar a todo psicoanálisis posible’, Publicación electrónica, FAPOL, Op.cit.
[8] Millas, D. Publicación electrónica, FAPOL, Op.cit.
[9] Alvarenga, E. Publicación electrónica, FAPOL, Op.cit.
[10] Miller, J. A. El lugar y el lazo, Paidós, Buenos Aires, 2013, p.132
[11] Mandil, R. Texto de orientación para el Enapol, ‘El mundo rumbo a la psicosis’ en: https://www.jornadasebpmg.com.br/2023, cit por: Investigación: ‘Hoy ¿al comienzo está la transferencia? Y sino entonces ¿cómo?’ Publicación Electrónica, FAPOL. Op.cit.

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