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Editorial – Cristina González de Garroni – NEL-AMP


lacan21 - 21 de octubre de 2018 - 0 comments

Nicolás Bertora. . “Par-i-a”. Dibujo Digital. Maestría ICdeBA – UNSAM

Nicolás Bertora. . “Par-i-a”. Dibujo Digital. Maestría ICdeBA – UNSAM

Cristina González de Garroni  – NEL-AMP

El nacimiento del Psicoanálisis se precipitó gracias al interés que suscitó en Freud el encuentro con las histéricas, que denunciaban con sus síntomas un malestar inherente a su lugar como mujeres en la sociedad victoriana, pero muy especialmente poniendo en el ojo del huracán a la sexualidad como punto de origen de las neurosis, es decir, dándole a la sexualidad un carácter traumático.

En 1905, con sus “Tres ensayos de teoría sexual”, Freud revolucionaba al mundo proponiendo una perspectiva de la sexualidad humana que traspasaba los límites de lo biológico, separando la determinación cromosómica de la asunción de la identidad sexual y de la elección de objeto de satisfacción, así como también marcando la existencia de una sexualidad infantil perversa polimorfa. La sexualidad, entonces, se develaba con Freud como algo deslocalizado y no universalizable.

Si bien Freud avanzó sorprendentemente en el estudio de la sexualidad, encontró un límite al intentar dar una explicación a la sexualidad femenina que no respondía del todo a la lógica fálica ni a las formulaciones del Edipo que tanto le habían servido para entender la sexualidad masculina. La feminidad como continente oscuro abría un campo enigmático para los psicoanalistas, que sabiendo lo importante del lugar de lo sexual en la vida psíquica del sujeto encontraban allí algo de lo imposible.

Lacan, orientado por la propuesta freudiana de la sexualidad como deslocalizada, fue más allá, haciendo la diferencia entre sexualidad y sexuación, delimitación que afina mucho más lo revelado por Freud en 1905. Con Lacan y su proposición de las fórmulas de la sexuación, podemos decir que los seres hablantes se reparten a partir de su relación con el goce fálico, y que esa repartición nada tiene que ver con lo biológico. El goce femenino sigue siendo oscuro, en tanto se trata de un goce opaco, por fuera del sentido y que se ubica más allá del Edipo, por fuera de la lógica fálica.

Lo traumático de la sexualidad se refiere a lo imposible de la armonía y de la complementariedad sexual tan anhelada, lo que llevó a Lacan a su famosa formulación “No hay relación sexual”. La relación entre los seres hablantes no es ni será de complementariedad; es una relación de desencuentro porque de la satisfacción que se trata es de la satisfacción del Uno, del modo de goce de cada uno, y cada quien se las arregla a su modo.

Las consecuencias de este imposible empujan a formas de tratamiento que en cada época han encontrado intentos de respuestas y coordenadas de las que cada parlêtre se ha servido para construir su propia invención. En el siglo XXI ya no es tema de debate candente que la sexualidad es un hecho subjetivo que traspasa lo biológico. Ya la revelación de Freud no es motivo de sorpresa, aunque se mantengan algunos pequeños grupos que intentan reivindicar lo biológico sobre lo subjetivo, lo natural vs lo antinatural. El hecho es que hoy en día la repartición sexual no se ubica solo del lado hombre o mujer, homosexualidad o heterosexualidad, sino que han proliferado un sinnúmero de formas de identificarse, nombrase y de ubicar el modo de gozar de los hablanteseres.  Con solo pasearnos por Facebook encontramos que hay al menos 58 posibilidades de género, posibilidades que seguirán aumentando cada vez que un pequeño grupo se organice y quiera ser reconocido a partir de su identificación y/o forma de gozar.

Las teorías de género que surgieron en los años 50 para reivindicar la sexualidad como una construcción social que debía ser respetada e integrada en la sociedad sin importar la determinación biológica, han avanzado tomando fuerza desde el feminismo que defiende a ultranza la igualdad hombre mujer hasta el movimiento queer que invita a salirse del corsé hombre/mujer que no pasa por la elección, para asumir el género tal como se ha construido y asumido. Esto ha desembocado en una proliferación de nominaciones y de identidades, tal como Facebook lo evidencia.

Para el psicoanálisis es un reto situarse frente a estas manifestaciones de la contemporaneidad, en primer lugar, porque la sexualidad sigue siendo asunto de los psicoanalistas y, en segundo lugar, porque estamos llamados a estar a la altura de la época, intentando acoger y cernir qué es lo que está en juego en estas nuevas formas de presentación de la sexualidad.

Sexo??? Sexuación, Identificaciones y Género, es el nombre que lleva este nuevo número de la revista de la FAPOL, Lacan XXI. Sexo con tres signos de interrogación!!!

Pues sigue siendo un enigma, un continente oscuro, algo que se presenta como una pregunta más que como una respuesta; el sexo no está predeterminado. Sexo, acompañado de tres posibles formas o maneras de abordarlo desde la sexuación, las identificaciones y/ o el género, tres términos que pueden estar relacionados y que al mismo tiempo no tienen una relación o combinatoria especifica. Nuestra revista es una invitación a situar desde la orientación lacaniana lo que los psicoanalistas tenemos que decir al respecto.  La respuesta de los colegas de las tres Escuelas de América ha sido impresionante: contamos en este número con 28 textos de colegas de la EBP, la EOL y la NEL.

Los textos abordan numerosas problemáticas y tópicos sumamente interesantes, y el resultado de la revista permite ir un poco más allá de lo que hasta ahora se había dicho al respecto.

En la primera sección, El sexo en psicoanálisis, contamos con 9 textos que toman las coordenadas teóricas de Freud y Lacan que dan marco al tema de la revista, así como algunas puntualizaciones sobre las teorías de género y las manifestaciones culturales en torno a las nuevas sexualidades puestas en tensión con el psicoanálisis.

En la segunda sección de la revista, Resonancias de las Jornadas de nuestras Escuelas sobre el tema de la revista, los colegas responsables de dichas Jornadas nos presentan lo que se extrajo del trabajo de las mismas en torno a la temática que nos ocupa. Las XXVII Jornadas de la EOL, “El psicoanálisis y la discordia de las identificaciones. Vínculos, Creencias y Nominaciones”, tocan justamente el tema de lo discordante entre los sexos y las identificaciones sexuales, interrogándose sobre la incidencia de cada uno de ellos en la sexualidad y como la no relación sexual es la brújula orientadora de la ética analítica.

Con relación al trabajo de las Jornadas de la EBP,  tenemos el texto “El lugar del falo en la sexuación”, producto del trabajo hacia el XXII Encuentro Brasilero del Campo Freudiano, “La caída del falocentrismo: consecuencias para el psicoanálisis”. En esta contribución encontramos una revisión de las teorías de genero  versus  las propuestas freudiana y lacaniana en torno al falo y sus consecuencias en la relación del sujeto con el cuerpo sexuado, invitando a los psicoanalistas a intervenir en el debate público con los discursos de género, para así hacer valer lo subversivo del deseo.

Finalmente, el texto de la NEL, relacionado con las próximas Jornadas: “Que madre-s-hoy? Vicisitudes en la experiencia analítica”, toca un tema muy controversial que es la transmaternidad gay, que más allá de las respuestas legales que implica, plantea para el psicoanálisis el cuestionamiento de la lógica del “para todos”, además de ser un fenómeno que plantea cómo la biología no puede dar cuenta de las singularidades del parlêtre en torno a sus identificaciones, su sexualidad y la maternidad.

La tercera sección, Más sobre el sexo en psicoanálisis, reúne los textos que los colegas de las tres Escuelas de América enviaron a partir de la convocatoria a contribuir para este número de la revista. La respuesta de los colegas fue impresionante, y contamos con 14 textos que abordan diferentes aristas de la temática planteada. Encontramos varios textos que tocan la temática de fenómenos sociales como el feminismo, las teorías de género y las nuevas identidades sexuales. Así mismo, varias de las contribuciones trabajan alrededor de la diferenciación entre sexo y sexuación, y el carácter de imposible inherente a la sexualidad humana condensado en la premisa “No hay relación sexual”.

La lectura de estos textos en su conjunto logra trasmitir un panorama claro de aquellas manifestaciones de la época, y de las respuestas desde otros campos y desde lo social frente a las nuevas sexualidades, así como permiten ubicar los conceptos de Freud y Lacan que sirven de brújula para pensar estos fenómenos.

Contamos con una contribución de especial interés para la comunidad de la FAPOL. Se trata del texto de Maria Cristina Giraldo, primera AE de Escuela Una en la NEL, “Historia del Pase en la NEL”, en donde interpreta el efecto de su nominación como AE, en abril de 2016, en el trabajo de Escuela que ha desplegado la NEL después de este acto. La experiencia del Pase en la NEL agujerea la lógica de grupo, que permite el trabajo de Escuela que se está dando y que estará por verse en el porvenir. Anuncia la buena nueva de una nueva AE en la NEL, Raquel Cors Ulloa, nominada en junio de 2018, abriéndose entonces una serie: ya dos AE  en la NEL, evidencian la marca viva de la Escuela de Lacan

Finalmente, la última sección de la revista, dedicada a Comentarios de los Escritos y Otros escritos de Lacan, cuenta con tres contribuciones de colegas de cada una de las Escuelas de la FAPOL, quienes escogieron extractos de textos que puedan contribuir al debate de este número. Luciola Freitas toma como punto de partida “El atolondradicho”, haciéndolo dialogar con el Seminario 19 “… o peor”, y el 20 “Aun”, para hablar del goce femenino, la mujer y el amor.  Claudio Godoy, de la EOL, trabaja el escrito de Lacan de 1964 “Posición del Inconsciente” y “El atolondradicho”, para abordar los ideales del sexo a partir del feminismo y diferenciarlo de la posición sexuada en Lacan.

Para terminar, Ricardo Aveggio, de la NEL, toma un párrafo de la” Introducción a la edición alemana de un primer volumen de los Escritos” para hablar de sexuación y contingencia, preguntándose el cómo pensar la sexuación en la actualidad a la luz de las respuestas de las teorías de género y las nuevas sexualidades como representaciones del malestar con el cuerpo y el goce.

La lectura de este número de Lacan XXI se abre con una pregunta, y aunque estoy segura de que los textos  resultaran orientadores y esclarecedores, también estoy segura de que abrirán espacio a nuevos debates y  polémicas que permitirán a los psicoanalistas que siguen la obra de Freud y la enseñanza de Lacan seguir preguntándose, como lo hace el psicoanálisis desde finales del siglo XIX hasta ahora y Aun más allá:  Sexo??? 

¡Buena lectura!