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Identidad e interpretación de las modalidades de goce de la época


lacan21 - 22 de octubre de 2018 - 0 comments

G.A “Ausencia”. Fotografía. Serie Vegas

G.A “Ausencia”. Fotografía. Serie Vegas

Mirta Zbrum – EBP-EOL-AMP

Cuando ellos (mis padres) decían el nombre de un objeto y, a continuación, se movían en su dirección, los observaba y comprendía que el objeto era designado por el sonido que ellos hacían, cuando lo querían mostrar ostensiblemente. Su intención era revelada por los movimientos del cuerpo, como si estos fuesen un lenguaje natural de todos los pueblos: la expresión facial, la mirada, los movimientos de las otras partes del cuerpo y el tono de la voz, que exprime el estado del espíritu al desear, tener, rechazar o evitar una cosa cualquiera. (L. Wittgenstein) 1

El psicoanálisis conoce la identificación como la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra persona. Desempeña un papel en la prehistoria del complejo de Edipo. (Freud) 2

Freud, Lacan y la época actual

A partir de la pregunta sobre el modo en que un grupo se conforma y su capacidad de ejercer la influencia en la vida de los sujetos, Freud en “Psicología de las masas y análisis del yo” (1921) piensa que la pulsión, a través del amor a su semejante, engendra lazos que se vivifican por la identificación, sea ella imaginaria, narcisista o histérica. El fenómeno de la globalización ha generado una crisis en las identidades nacionales, crisis de identidad de los sujetos, ellos son interpelados en las diversas sociedades y enfrentan la cuestión, a veces, traumática de: ¿Quién somos nosotros?3 La respuesta, cualquiera que sea, puede ser interpretada como manifestación de la división (Spaltung) del sujeto, tal como fue formulada por Freud en su escrito “La escisión del Yo” (Ich Spaltung), remitiéndonos al esfuerzo teórico clínico emprendido por él para conocer al Hombre y a la Sociedad, la masa de su época.

Tal esfuerzo produjo conceptos en el Psicoanálisis que pueden orientarnos en el intento de diagnosticar los síntomas que dominan la Sociedad de nuestra época. Conflictos de identidades, nuevas categorías identitarias, identidades partidas, todas vías de acceso a las identificaciones propias de la época. Obsérvese también, fenómenos producidos por la relajación de las identificaciones, tales como se manifiestan en la práctica clínica de hoy. 

Por esto, la conceptualización freudiana del “trazo unario”, ein einziger Zug auxilia en la comprensión de estos fenómenos, puesto que, el trazo unário contiene lo que es del orden del significante, así como lo que es del orden del objeto. Ambos, significantes y objeto, son constitutivos de la noción de sujeto. Entonces, ¿Las alteraciones constitutivas se producen para que tal “trazo unario” sea el punto de anclaje en nuestra época de la multiplicidade de identificaciones posibles? ¿Habría alguna modificación a ser pensada en la concepción freudiana, para pensar éste como el origen de estas nuevas identidades y sus consonsecuencias en la sexualidade humana? Lacan avanza y auxilia en la comprensión de estos fenómenos, cuando avanza en su última enseñanza, del Sujeto de la determinación significante -el trazo unario- para el sujeto de la indeterminación. Por este camino posibilita pensar que el parlêtre, ultima concepción del sujeto lacaniano debe ser considerado junto con la noción de “identificación a su ser de goce”. Esta ayuda en la interpretación de los síntomas y de las identificaciones en la práctica clínica de nuestra época.

La identificación, como identificación significante es postulada por Lacan en El Seminario, libro 9 “La identificación” (1961-1962).4 La identificación histérica, por ejemplo, va al lugar que el trazo se señala como “insignia” de un deseo, sin embargo, se trata de un deseo no realizado, donde la identificación presenta por un instante el mismo problema, la pregunta referida al deseo (Lacan, J. 1957-1978, p.447). En este seminario, Lacan trata a la identificación freudiana de un modo distinto de la identificación mítica, pre-simbólica, al afirmar que el sujeto del inconsciente se encuentra anclado en la identificación inaugural al trazo unario, totalmente despersonalizado, y que lo que resta de tal operación es un objeto, el objeto a, diferente al significante. Ese objeto soporta cualquier identificación y al mismo tiempo es como el resto, aquello que somos nosotros. Ese trazo como significante, trazo único, crea la función del Uno lacaniano, afirmando su ex-sistencia: Y’há de l’ um. El Uno de la unicidad que vendrá a construir al sujeto en su relación con el Otro. Este Uno se hará representar por un significante extraído como un rasgo unario, de ese Otro. Carga en sí el supuesto encuentro con el objeto, surge del encuentro con ese objeto, puesto que es del objeto que éste retiene su unicidad.5

Las modalidades del goce y la lógica de la sexuación

El aforismo Hay Uno trata de formular que entre el goce del Uno y el del Otro, hay una oposición, fundada siempre en el autismo del goce. Afirmar que el goce, más allá del deseo, se transforma en un modelo, en una forma capaz de hacer girar la teoría alrededor de ese concepto del Goce del Uno. Estamos frente a una nueva forma introducida por Lacan, de la existencia del Uno y de su Goce. Para pensar las identificaciones más allá de las relaciones entre el sujeto y su objeto, debemos esclarecer la función conceptual del Goce en la teoría lacaniana, cuando introduce la problemática de la no representación en el Otro del “ser sexuado”. Su matema del Significante de la falta en el Otro, S (/A) inscribe una carencia del Otro como ser sexuado, aunque el goce responda a la estructura de la cadena significante, no obstante, el objeto se elude en las profundidades del goce.

Para resolver la representación sexuada del ser del sujeto, Lacan piensa el goce a partir del Otro, pero esta perspectiva del concepto del goce se invierte en el Seminario 20, Aun, después de las elaboraciones del Seminario 19,…o peor, cuando finalmente partirá del goce del Uno y después situara al Otro. El aforismo Hay Uno va a conducir definitivamente a un “otro Lacan”, al ultimísimo Lacan y, en consecuencia, a una clínica del goce del Uno. 6 Una identificación con el lugar de puro goce, un lugar sin palabras, lugar de pura Nada, donde no habrá lugar para la identificación necesaria para el advenimiento del sujeto, y sin lugar donde residir el “Ser del Sujeto y su nombre articulado al Goce”.7

La identificación al rasgo unario como identificación al goce.

En la clínica actual son más fácilmente encontradas las identificaciones a este Goce del Uno y las identificaciones al Ideal del Yo parecen más frágiles. Lacan formula la pregunta: ¿Qué soy, en el sentido de que soy como sujeto? La respuesta se encuentra en la memorable frase del propio Lacan: soy en el lugar de donde se vocifera que el universo es una falla en la pureza del No-ser. Esta brújula del ultimísimo Lacan posibilita preguntarse ¿de dónde proviene esta frase que no admite en sí misma una orientación? Es en el propio Lacan que encontramos la respuesta, viene de un lugar, de una ausencia, lugar de nadie-más. Lugar del Goce, escrito con mayúscula, del Goce como concepto.

Traducción: Silvina Molina

Notas:
  1. L. Wittgenstein
  2. Freud, S., “Psicología de las masas y análisis del yo”. En: Obras Complentas de Sigmund Freud. Volumen 18. Amorrortu, Buenos Aires, 1976, p. 99.
  3. Huntington, S. P., Qui sommes-nous?. Identité nacional w Choc dês Cultures. Paris: Odile Jacob, 2014.
  4. Lacan, J., El Seminario, libro 9 “La identificación”, clase del 22 de noviembre de 1962. Inédito.
  5. Lacan, J., El Seminario, libro 19: … o peor (1971-1972) Buenos Aires: Paidós, 2012.
  6. Zbrun, M., “Do Gozo do Um e do Outro. In: Leitura do Seminário 19 …Ou pior de Jacques Lacan. Org.: Gorsky. G. G. e Sota Fuentes, M. J. Salvador: Editora Escola Brasileira de Psicanálise, 2015, p.99.
  7. Miller, J.-A., [2007-2008] Todo el mundo es loco. Cursos psicoanalíticos. Buenos Aires: Paidós, 2010, p.318.