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Invención y tratamiento del odio en el caso de la joven María


lacan21 - 26 de mayo de 2020 - 0 comments

Katia Wille - “Birth”, 2013.Acrylic paint on canvas.40 x 40 x 3cm

Katia Wille – “Birth”, 2013.Acrylic paint on canvas.40 x 40 x 3cm

Ángela Batista – EBP – AMP

Propongo pensar el tratamiento del odio en un caso clínico donde se aborda la cuestión del odio precisamente y lo ilimitado del goce femenino. Se trata de una joven adolescente que presenta impasses, oscilaciones y desligamientos del cuerpo, y la incidencia del odio a sí misma. Es en este sentido que el odio está ligado a un saber sobre lo ilimitado del goce ante el despertar sexual de esta joven, en la vía del rechazo de una construcción fantasmática.

El caso destaca que, frente al enigma de lo sexual en la adolescencia, la necesidad de sustento simbólico exige siempre una invención, sea una neurosis o una psicosis.

El trabajo intenta pensar, a través de un fragmento clínico, el modo particular de inserción de una joven en el lazo social, el uso de Facebook como una herramienta de socialización. Miller, en La salvación por los desechos, sostiene que la paranoia socializa al Otro. “Es imposible ser alguien sin ser paranoico”.1 La joven paciente se defiende de sus enemigos por Facebook construyendo un amarre que le permite tener un cuerpo, defenderse de lo real y ser alguien reconocido. El uso de la red social en ella permite separar lo que del goce resta de “insociable” y construir una relación con el Otro más mediada por el Otro del lazo.

María tiene 13 años cuando llega al consultorio. No tiene amigos, se presenta desgarbada, fea, sucia y refiere oír voces que le dicen que es fea. Ve en mi mesa la computadora y cuenta que es a través de ella que consigue amigos y, escondida de los otros, tiene una segunda vida. El analista acoge y sigue el trabajo vía Internet en la segunda vida, vía posible de acceso al Otro. María, cuando viene a su primera consulta, se muestra desconectada de su mundo. Vive en la casa de su abuela con una tía mayor. También dice que escucha voces que hablan palabrotas. Refiere que sus compañeras se burlan de ella y que es rara. Su madre es esquizofrénica y dice ser como ella. Es derivada al psicoanalista a través de una demanda de la escuela por el comportamiento desregulado en relación a la sexualidad. Se masturba en la escuela y les muestra a los chicos su vagina. Pasajes al acto y un odio ilimitado invaden su día a día.

En la clínica de la psicosis el analista debe sostener, como demuestro, una función que establezca un lazo a partir de una invención que pueda amarrar el sin sentido del goce; se trata de un amarre, de un anudamiento referido al saber hacer con el cuerpo y con el objeto fuera de un sentido y su significación. Estamos aquí ante una clínica no solo ordenada por el registro de lo simbólico, por el Nombre del Padre y la primacía del falo, sino ante una clínica relativa a lo imposible y la contingencia que tiene como resultado la pluralización del Nombre del Padre. Todo arreglo que mantenga el anudamiento entre lo real, lo simbólico y lo imaginario será bienvenido. Ese extrañamiento referido a lo real del cuerpo es propio del parlêtre; sin embargo, puede tener efectos desastrosos cuando la herramienta simbólica del falo no funciona.

Percibo que ella está frente a un goce ilimitado, un goce no falicizado que precisa una nueva inscripción.

Le pregunto: ¿Cómo es tu cuerpo en la segunda vida?

Mira la computadora y pregunta si puede usarlo. Le digo que sí y dice: “Aquí yo hago mi cuerpo” (me muestra dibujando una mujer que ella misma dice ser bonita, con una enorme cola y ríe). En seguida dice “soy bonita”. A partir de ese momento nuestros encuentros fueron casi siempre con el uso de Facebook orientado como posibilidad para incluirse de otra manera con sus pares.

Me pregunto sobre lo que pueda funcionar para regular el goce para esta joven. La cuestión crucial que se delinea es cómo construir un cuerpo cuando lo real se impone vociferando a sus oídos sin la barrera de ese cuerpo (ego). Tener un cuerpo significa poder hacer uso de él a partir del anudamiento de los registros: real, simbólico e imaginario.

Sigo una dirección en la que el analista apuesta que las palabras hacen un cuerpo y que el psicoanálisis es una experiencia con el cuerpo. El uso de Internet le posibilita una separación del Otro de la paranoia. Con ello el analista trabaja en la orientación de que María se sirva de un cuerpo amigo y deseable como una herramienta de intercambios. Ella hace amigos en Internet produciendo una estabilización singular para su extrañeza. Dice que quiere desaparecer porque no gusta de sí misma. El uso de la computadora fue una invención posible para armar un cuerpo con algún semblante que podría funcionar como signo de una presencia amable que pueda producir una estabilización.

Miller2 relaciona la castración femenina al odio a la feminidad, y, de manera similar, el goce del Otro al goce racista; se odia en el Otro su manera de gozar3 porque justamente no es la mía, o porque implica la sustracción de la mía. En el caso de la joven María pregunto si el odio al goce del otro, que es también a sí misma, no sería una forma de construir otro, aunque sea mediante su exclusión. Una compleja cuestión.

Según Maleval,4 la identificación imaginaria promueve una estabilización de la psicosis, porque se trata de un reflejo en el Otro que da una consistencia al “yo”, pero que no hace suplencia. También refiere que los aspectos fundamentales para el diagnóstico de la psicosis, además de la extracción del objeto a, acentúan la prevalencia de identificaciones imaginarias verificadas por los fenómenos de transitivismo, tal como como el caso indica.

El caso María enseña que una invención bajo transferencia puede ser una salida posible para la estabilización en la psicosis.

Castanet5 destaca un comentario que ayuda a pensar la dirección de la cura en este caso, que es sintomatizar para construir un cuerpo y entender los impasses en la clínica con adolescentes: “Sin velo y sin ideal, ningún trauma es subjetivable”.

Con esas piezas sueltas fue posible construir una pequeña invención analítica, punto de basta al modo de goce de una “fealdad” que segrega.

Traducción: Silvina Rojas

NOTAS:
1 Miller, J-A, “La Salvación por los desechos”. Correio, Revista da Escola Brasileira de Psicanálise, São Paulo, n.67, diciembre. 2010.
2- Idem
3 Miller, J-A., Extimidad. Buenos Aires, Paidós. 2010.
4 Maleval, J.-C., “Elementos para uma apreensão clínica da psicose ordinária”, Clínica e Cultura, vol. 3, n. 1, Sergipe, 2014, pp. 105-169, www. seer.ufs.br.
5 Miller, J-A. y Otros.  Desarraigados. Buenos Aires, Paidós. 2016, p. 17.