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CUATRO PUNTUACIONES PARA UN DEBATE CON EL MOVIMIENTO FEMINISTA UNIVERSITARIO EN CHILE


lacan21 - 22 de octubre de 2018 - 0 comments

Susana Carbone. “Bailarines”. Acrílico. 0.40x0.30

Susana Carbone. “Bailarines”. Acrílico. 0.40×0.30

José Luís Obaid Pizarro – NEL-Santiago-AMP

Preludio

La coyuntura nacional instala en el seno del debate público un significante que irrumpe como novedad a pesar de tener una larga trayectoria dentro de los movimientos sociales, culturales y artísticos en el mundo entero: el feminismo.  

Si bien las manifestaciones feministas se enmarcan en un fenómeno global –lo que se ha llamado la cuarta ola feminista–, en Chile toman la posta las Universidades con una serie de tomas y paros en distintas y variadas facultades, que denuncian no sólo el abuso de poder y el trato discriminatorio y poco igualitario, sino también el exceso manifiesto tanto en los abusos sexuales y violaciones como en el encubrimiento sistemático de los mismos.      

Por otra parte, para el psicoanálisis lo femenino, en si un imposible, ha sido fuente de permanente investigación con efectos prácticos y clínicos. Para Freud el “¿qué quiere la mujer?”, y para Lacan el “La mujer no existe dan cuenta de ello.

Entonces, ¿qué puntuaciones puede introducir el psicoanálisis de orientación lacaniana en el debate nacional, torciendo el riesgo de la discusión doctrinaria que reduciría la alzada feminista a la consigna de algunos protocolos que regulen las malas prácticas de ciertos varones?    

Feminización del mundo

¿Es lo mismo feminización del mundo y feminismo?

José Fernando Velázquez recuerda que la “feminización del mundo” es una modificación en la lógica del Otro social, que pasa de la lógica del “para todos” y la excepción, a la lógica del no-todo, donde no hay Ideal y tampoco garante de la ley: “la búsqueda de satisfacción ya no se orientada por los ideales y los límites de esos ideales, sino por formas de goce singulares, abiertas, inéditas, ilimitadas y adictivas”.

Será enfático en señalar que la “feminización”, que pone en evidencia la relevancia del goce no regulado por el falo, no es lo mismo que feminismo.

Distinción que establece diferencias fundamentales en el diagnóstico de la época actual. Si para algunas voces del feminismo en Chile se trata del Patriarcado, para nosotros el Padre se presenta completamente devaluado, pues las presentaciones sintomáticas develan la deflación del mismo, principalmente a partir de la incidencia del discurso de la ciencia.

Se trataría, en nuestra época, más bien de una lógica neoliberal que borra toda diferencia sexual en pos de unos todos consumidores y el retorno de su cara más cruda, todos consumidos.

Se hace posible, entonces, pensar que los abusos y violaciones denunciados llevan la marca de un exceso de goce, más bien propio de lo ilimitado de la época actual que del patriarcado agónico. Cabe recordar que el padre de la excepción, ese que podría tener a todas las mujeres, sería una de las formas de ese goce ilimitado, al ser ese al menos uno que no pasa por la castración.    

Feminismos

Hablar de feminismo resulta inadecuado. De la primera ola de la Ilustración, de los siglos XVII y XVIII, a lo que se conoce hoy como la cuarta ola, pasando por la tercera ola, de inicios del año 1900, vemos una pluralidad de discursos, con sus luchas y causas, que invita  a hablar de los feminismos.

Nadie podrá avalar tratos discriminatorios y vejatorios contra las mujeres. Nadie podrá estar en contra de la igualdad de derechos.

Sin embargo, la Ley, siendo el Padre una de sus figuras icónicas, no resuelve la pregunta por lo femenino. Como toda ley, como todo mandato paterno, homogeniza y zanja estándares y modos de goce universales en donde lo femenino pierde su fuerza de novedad.

Centrar el debate en la igualdad de derechos, asume la consecuencia de sólo restituir derechos –sin duda necesario– a la vez que la Ley Paterna sigue siendo sostenida como un ordenador de las modalidades de goce para todos igual. Sin abordar las diferencias para uno u otro sexo.    

Lacan ya proponía, en las fórmulas de la sexuación, el no-todo fálico para el lado femenino, como una diferencia con el todo fálico del lado macho.

Desencadenamiento de La verdad

Advertidos de los fenómenos de masa y sus efectos, ¿cómo pensar las denuncias colectivas del feminismo Universitario en Chile? 

Clotilde Leguil indica que el desencadenamiento de la verdad se refiere, en Lacan, a un modo donde nada puede retener la verdad de decirse.   Locura contemporánea, como dice, como efecto de la relación nueva con la verdad y la palabra que no encuentra límite.

Como señala el texto, si bien la masificación del tomar la palabra hace que la vergüenza que impedía hablar a las mujeres no opere más, reenviando dicha vergüenza al destinatario, hay también algunos riesgos. Nos advierte sobre la pérdida del valor íntimo de la palabra, colectivizando el fenómeno para darle un sentido unívoco, es decir, apuntar a una asunción colectiva del trauma, quedando el sujeto excluido de su propia palabra

La verdad desencadenada, recuerda el artículo, genera segregación, de las mujeres en relación a los hombres como entre las mismas mujeres. No todas las mujeres encuentran su verdad en esa liberación de la palabra, no todas las mujeres quieren declarar la guerra a los hombres y no todas las mujeres se sienten dominadas por los hombres, dirá con claridad.    

Histeria, femineidad y feminismo

A partir de las fórmulas de la sexuación sabemos que la histeria, como una de las formas en que se presenta la neurosis, responde, más allá de la anatomía de quien la comporta, a un modo de goce fálico, es decir del lado macho de las fórmulas. Además, desde Dora sabemos de los intentos por parte de la histeria para sostener al Padre.

Es llamativo que el discurso feminista Universitario en Chile centre sus fundamentos en una lucha airada contra el patriarcado. ¿Por qué saben y pueden solo hablar del Padre? ¿No se trata ahí de una mascarada feminista detrás de la cual es la operatividad del discurso histérico lo que está en juego? ¿Qué consecuencias para el hecho de que el feminismo universitario en Chile quede presa de un discurso histérico?   

La distinción entre feminidad e histeria resulta crucial. La histeria es una respuesta a lo enigmático que se vuelve la feminidad para algunas mujeres. Como señala Marie-Hélène Brousse, para la histeria, sea hétero u homo, se trata de una “feminidad idealizada: una femineidad de la que, según ellas, carecen, y que las fascina, al modo de un enigma para ellas mismas; una femineidad en la que ellas no se reconocen y que no anhelan para ellas mismas”. La histeria como un intento de hacer existir La mujer.

Cuando Lacan platea que La mujer no existe, muestra que no hay una identidad femenina, que no hay un ser de mujer, que no hay universal para definirla ni significante alguno que la pueda representar. Existen mujeres, una por una, sin que se forme una categoría a partir de un goce para todas igual. Allí radica la plasticidad, la ductilidad del goce femenino por sobre el goce masculino.

Al hablar del padre, es decir, testimoniar sobre la masculinidad, el movimiento feminista Universitario en Chile, verifica que sobre lo femenino no se puede hablar más que una por una. Testimoniar de la femineidad implica, justamente, ir más allá del Padre.

Como Mónica Torres advierte, los nuevos feminismos pueden hacer de las mujeres un conjunto cerrado que las ubicaría del lado masculino en las fórmulas de la sexuación.

 


Notas:
  1. Velázquez, J. F., Lo femenino hoy: fenómenos de masa v/s autismo de goce. 2014. Bitácora Lacaniana N° 3 El goce femenino. Buenos Aires. Grama, 2014,  p. 199.
  2. Leguil, C., Desencadenamiento de la verdad y universalización de la palabra femenina. www.eol.org.ar/biblioteca/lacancotidiano/LC-cero-768.pdf. 2018.
  3. Brousse. M.- H.,  La homosexualidad femenina en plural, o cuando las histéricas prescinden de sus hombres de paja. 2014. Bitácora Lacaniana N° 3 El goce femenino. Buenos Aires. Grama, 2014, p. 19.
  4. Torres, M., Mee too, moi non plus: los nuevos feminismos. ttps://redzadigargentina.wordpress.com/actividades-2.