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El psicoanálisis con los pies en la calle


lacan21 - 18 de mayo de 2023 - 0 comments

Rodrigo Lyra Carvalho (EBP)

No veo salida para la ciudad o para el país fuera de las luchas, de los saberes o de los quehaceres cotidianos de las mujeres y hombres comunes, aquellos que dan sentido a la aventura  de proseguir en la oscuridad.
Luiz Antonio Simas

La cuestión propuesta por esta edición de Lacan XXI me remitió inmediatamente a mi experiencia en el CIEN (Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Niño). Tanto el escenario del “Encuentro del psicoanálisis con otros discursos” como la pregunta ao sigue – “¿Cómo hablar con el otro de la buena manera?” – Traducen precisamente lo que es el alma de esta iniciativa, lanzada y orientada por Judith Miller. Me pareció justo, entonces, comenzar por el CIEN.

El saber y los otros

“La primera lección”, enseña Judith Miller, “consiste precisamente ´en saber no saber´(…) y no en (proponer) una visión sea progresista o humanista, basada en la ilusión de tener un saber que da solución a los problemas”. El rigor necesario a nuestro recorrido no debe ser obstáculo para essa. Finalmente, prosigue, “por más formados que estén los psicoanalistas de las Escuelas del Campo Freudiano, es propio del psicoanalista saber que no sabe[1]

La primera lección de Judith para las Conversaciones que constituyen el CIEN puede ser, también, la primera piedra de la respuesta a la pregunta propuesta por Lacan XXI. Sigue. Aunque el CIEN sea una red que se desarrolla en los márgenes del Campo Freudiano, la perspectiva que lo orienta estuvo en el centro de aquello que Lacan deseó para su Escuela. En ella, una de las tres secciones debería dedicarse justamente a la “relación que el psicoanálisis y los psicoanalistas pueden mantener con otras disciplinas, precisamente con la intención de instruir al psicoanálisis (…)”

Judith recuerda que Lacan “aplica a si mismo” lo que propone, todo el tiempo “se refiere a la lógica, las matemáticas, la filosofía, la literatura, la poesía, la historia, la sociología…[2]

Sea por las incontables referencias en la obra de Freud, sea por la enseñanza de Lacan y por el modo como concibió la reunión de los analistas, percibimos que el encuentro entre psicoanálisis y otros discursos no consiste en el diálogo de dos entidades distintas y autónomas.

Lo que el psicoanálisis aprendió sobre la subjetividad vale igualmente aquí: las alteridades más relevantes son, en verdad, internas. “Hablar con el otro” no es, sin embargo, un momento discrecional y eventual, sino primario y constitutivo; nuestras teorías y nuestras prácticas son permanentemente informadas por intercambios con otros. En función de eso, Las diversas encarnaciones del psicoanálisis se definen, en gran medida, por el modo como eligen con qué otros van a conversar.

Homogéneos, descartables

El modo en que Judith Miller define la importancia del CIEN, aún en 2007, me sirvió como una orientación más: “el mundo globalizado es un mundo en el que reina lo universal, la homogeneización, un mundo en el cual la particularidad de cada uno se encuentra completamente achatada[3]”. Frente a esto, “si el psicoanálisis restituye la particularidad de cada uno, es precisamente por no verter en un determinismo utilitarista o lenitivo y por contar con las fuentes inventivas y poéticas de la contingencia, del equívoco, del encuentro[4].”

La percepción de Judith respecto de la tendencia a la homogeneización, válida hace 16 años, se agravó desde entonces en función de la brutal incidencia de la tecnología en los lazos sociales. A las redes sociales que estructuran gran parte de la subjetividad actual comienzan a sumarse otros mecanismos transformadores, venidos de la oferta en gran escala de herramientas de la llamada inteligencia artificial, como el ChatGPT. Este conjunto de tecnologías produce una crisis al mismo tiempo metafísica y cotidiana de la condición humana, de su inteligencia, de su creatividad y, como apuntaba Judith Miller de su particularidad.

Aunque no sea viable extenderme aquí sobre estas cuestiones, me parece fundamental registrar un cambio de graduación del problema. Mecanismos de inteligencia artificial, que entrarán con mucha velocidad en nuestro cotidiano, tienden a producir no solo homogenización, sino la sensación de que el ser hablante se tornó obsoleto, que el conocimiento no parte de él y que nada de lo creado depende de sus percepciones particulares. Al mismo tiempo, estas herramientas se sirven de datos y saberes ya existentes, produciendo aquello que Jaron Lanier, un genial científico de informática, llama una “cultura regurgitante[5]

Cuerpo, cultura, lugar

El trabajo de contraponerse al desencanto de la vida, operado por el neoliberalismo y por las nuevas tecnologías, no tiene como realizarse sin recurso a los discursos que efectivamente emanan de un cierto lugar, en un cierto tiempo. Más que nunca, elaboraciones de alcance universal, así como la proliferación de referencias extranjeras, necesitarán estar informadas y contrabalanceadas por discursos con sentido, con historia, con lenguas y con legitimidad locales. Sostengo que, para el psicoanálisis, esa es una condición para conversar con los otros de la buena manera.

Insisto que no tomo la posibilidad de la “conversación” como un momento estratégico de aproximación a otro cualquiera, sino como una parte intrínseca del movimiento permanente de producción teórica y clínica del psicoanálisis, más allá de la construcción de su posicionamiento cultural.

Me gustaría finalizar estas breves reflexiones en compañía de Luiz Antonio Simas. En su bello O corpo encantado das ruas, Simas enseña incontables maneras, y sobre todo su manera, cuánto debemos rescatar, resguardar y saber acceder, en los caminos de las calles, las culturas agrietadas “aquellas que engañan el padrón normativo y canónico e insinúan respuestas inusitadas para sobrevivir en un medio que normalmente no las alojaría[6]”. Apuesto a las “culturas hendidas”, de Simas, contra la cultura regurgitante de la inteligencia artificial, de la cual hablaba Lanier.

Simas narra la crisis:

“Hay un epistemicidio en curso en la ciudad. Asistimos al proceso de destrucción de los saberes, prácticas, modos de vida, visiones de mundo, culturas que no se encuadran en el padrón canónico. Relegadas al campo de la barbarie o acogidas como pintorescas o folklóricas, son descalificadas en nombre de la impresión que el hemisferio norte representa el auge civilizatorio de la humanidad(..)[7]

Cuando proliferan contenidos extranjeros, mediáticos y desalmados, cuando somos impactados por algoritmos que envenenan y descontextúan la dinámica social , debemos preguntar cuál es el “cuerpo encantado” de cada lugar que, como un buen cafetín, “está hecho de memorias, aspiraciones, ansiedades, sueños, desilusiones, conquistas, fracasos retumbantes, alegrías e invenciones de la vida[8]”. En el caso de mi lugar, hay que recordar que “buena parte de la vitalidad de la cultura de Rio de Janeiro vino de la calle. Entre saltos, batuques, imprevistos, cuerpos bailando en síncope, goles marcados en la ladera, cometas cortando los cielos, el tejido de la ciudad se fue diseñando en las artes de inventar en la escasez[9].

Oponerse a la descalificación de la que habla Simas es vital para el psicoanálisis. Para ello, hay un importante trabajo, práctico y conceptual por delante. Será crucial saber ver identidades, raíces, afirmaciones, emancipaciones y exigencias transferenciales más allá de la matriz narcisista, componiendo balanceos muy sutiles entre particularidades y singularidades. Contaremos cada vez menos con nuestras formulaciones universales; precisaremos interesarnos más y más por el suelo en que pisamos. Y como Doña Ivone, pisarlo despacito…De esto el psicoanálisis dependerá no solo para encontrar la buena manera en el trato con los otros, sino sobre todo para preservar su capacidad de seguir movilizando objetos.

Traducción: Marita Salgado

[1]  Miller, J., “Presentación”, Cien Digital 2. Disponible en: https://ciendigital.com.br/wp-content/uploads/2018/11/CIEN-Digital02.pdf “Apresentação”. Cien
[2]  Idem
[3]  Idem
[4]  “Por qué un Boletín Eletcrônico del CIEN en Brasil?”. Cien Digital 1. Disponible en: https://ciendigital.com.br/wp-content/uploads/2018/11/CIEN-Digital01.pdf
[5]  Lanier, J. (2022) “Keynote: Future of Text”. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=uZIO6GHpDd8&t=191s
[6]  Simas, L. A. O corpo encantado das ruas. Rio de Janeiro, Civilização Brasileira, 2022, p.27
[7]  Ibidem p. 48
[8]  Ibidem p. 90
[9]  Ibidem p.99

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