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Multiplicar los circuitos de Segregación Wokism & Cancel Culture


lacan21 - 24 de junio de 2022 - 0 comments

Jorge Assef (EOL/AE AMP)

Jacques-Alain Miller, en el curso que dictó junto a Eric Laurent llamado El Otro que no Existe y sus Comité de ética advertía que los síntomas de la civilización primero deben ser descifrados en los Estados Unidos. En este sentido tanto el Wokismo, en tanto movimiento sociocultural de protesta, como las estrategias de las que se vale proveniente de la “Cultura de la Cancelación” podrían pensarse como síntomas de nuestra civilización que nacen en las entrañas de la cultura estadounidense y desde allí se expanden por diferentes lugares del mundo.

El “Wokismo” surgió a raíz del movimiento “Black Lives Matter” en Estados Unidos. Llegó para referirse a quienes están “despiertos” y son conscientes de la discriminación racial, social y sexual que estructura nuestras sociedades modernas. A partir de allí se desarrolló un lenguaje de protesta pleno de nueva categorías tales como “aviso de alerta”, “microagresión”, “apropiación cultural”, “espacio seguro”. Este lenguaje organiza una serie de defensas o ataques contra cualquier acto, o la mera posibilidad de este, que pueda ofender, discriminar o perjudicar de alguna manera a cualquier minoría o grupo social vulnerable o en una condición de debilidad con respecto a una mayoría hegemónica.

En los Estados sin lugar a dudas que la delantera la llevan los temas ligados al racismo y al sexismo, pero sería importante aclarar la forma particular que toma este movimiento en América Latina, aquí  las manifestaciones más asociadas al movimiento Woke están vinculadas fundamentalmente a los temas de sexualidad y género. En Argentina, por ejemplo, la “interseccionalidad” se juega principalmente en el supuesto combate que asocia la homofobia, el sexismo, la transfobia y eventualmente el capitalismo.

En relación con el psicoanálisis, los ataques suelen producirse en el ámbito universitario, donde suele ser acusado de heteronormativo, patriarcal y binario. Entonces aparecen las estrategias de boicot que suelen organizarse física y virtualmente, irrumpiendo en charlas, clases y conferencias, desplegando banderas o pancartas al inicio de ciertas actividades organizadas para tratar determinados temas, bloqueando la entrada a las aulas o auditorios, y con una fuerte presencia en las redes sociales a través de flyers y memes que desacreditan eventos, propuestas y personas (muchas veces con nombres y apellidos).

Por ejemplo, antes de una actividad para trabajar la cuestión ligada a la temática trans en la Universidad de Buenos Aires (UBA) hubo protestas online contra la validez de esa actividad con el lema “Nada sobre nosotros sin nosotros” cuestionando que entre los disertantes no había personas trans.

Lo más interesante del asunto es que este tipo de “Activismo Woke” que pretende luchar contra la segregación nos lleva directamente a una advertencia de Lacan que encontramos en su Seminario 19, cuando señala que el futuro estará marcado por el auge del racismo enraizado en la fraternidad del cuerpo. Esto es evidente cuando por ejemplo se sostiene que sólo las mujeres pueden hablar de aborto o que sólo los afrodescendientes pueden hablar de racismo. Efectivamente, en esta ideología algo de aquella “fraternidad del cuerpo” está en juego generando nuevos circuitos de segregación.

Así, vivimos en una época en la que se promete borrar las diferencias entre las personas, pero en cambio los muros se multiplican, lo cual ya había sido anunciado por Lacan también cuando planteó que la cicatriz de la evaporación del padre en nuestras sociedades es la segregación.

En un artículo reciente Fabián Naparstek nos recuerda que Lacan trató el tema de la segregación en uno de los escritos fundamentales para la formación y la política del psicoanálisis, se trata de Proposición de 1967. En el mismo texto Lacan plantea que Nuestro porvenir de mercados comunes encontrará su contrapeso en la expansión cada vez más dura de los procesos de segregación[1], y presenta el pase como el dispositivo clave de su Escuela.

Entonces se podría pensar que es por medio de un análisis conducido hasta el final, como un sujeto puede deshacerse de las identificaciones que lo dejaron de uno o de otro lado de determinada insignia, ideal o bandera. Así cuanto más advertido está un sujeto de sus identificaciones más difícil es caer en la trampa del “ellos vs. nosotros”. Por esto, Naparstek destaca que Lacan allí donde introduce su política o su concepción del fin de análisis, a la vez que su política de Escuela para la selección de analistas, es también donde introduce la interpretación de una época en la que la segregación será cada vez mayor. Así, en este texto encontramos articulados los tres aspectos de la política para Lacan: lo que compete a la dirección de la cura, al lazo entre los analistas y al analista hacia la ciudad.

Aun así, hay que aclarar que a diferencia del Wokism, que tal como lo advierte JAM es efecto de una época que “…pretende sostener los supuestos derechos a eliminar el malestar total”[2], Lacan sigue la perspectiva freudiana de que el malestar está en la cultura, y no espera que el psicoanálisis solucione las tendencias segregativas que existen y cambian de colores y formas desde la fundación del mundo, como bien lo señala Lacan en Vincennes, el Discurso Analítico “…excluye la dominación, en otras palabras, no enseña nada. No tiene nada de universal: por eso no es materia de enseñanza”[3].

El aporte del psicoanálisis al debate puede ser introducir una lectura diferente sobre la segregación, aquella que Lacan plantea en el Seminario 18 cuando dice: “…simplemente hay que decir que no existe ninguna necesidad de (…) ideología para que se constituya un racismo, basta un plus-de-gozar que se reconozca como tal”[4].

Lacan va más allá de las identificaciones, de la rivalidad especular, de la tensión imaginaria, de la lógica de masas, porque se refiere al goce como aquello que está en el meollo de la cuestión de la segregación, se rechaza el goce del otro claramente, pero no sólo eso, puesto que es el goce propio aquel que se desconoce. Entonces es cuando retorna algo de la extimidad ante el propio goce cuando se pone en acción el rechazo más fundamental que impulsa a atacar a otros.

 


[1]  Lacan, J., [1967] “Proposición del 9 de Octubre de 1967…”, Otros Escritos, p.276. Paidós, Buenos Aires. 2013
[2]  Videoconferencia J-A Miller en Moscú en Lacan Web Televisión 2021
[3]  Lacan, J.: “Lacan por Vincennes!” [22 de octubre de 1978], Revista Lacaniana de Psicoanálisis N˚11. Oct 2011.
[4]  Lacan, J. (2009). El Seminario de Jacques Lacan. Libro 18, p.29. Paidós, Bs. As.